Reflexiones
Muchos creen que la ignorancia es solo un problema de conocimientos, pero es aún más profundo tiene tintes psicológicos, culturales, valorativos y hasta xenófobos. Es un problema social cuando se la naturaliza sin pensar ni reflexionar sobre el obrar y el decir del ignorante. Es decir de aquel que sin conocer demasiado de un tema opina sin investigar, sin compartir y debatir posiciones, sin consultar a otros especialistas, de una manera natural como si hablara de su propia vida. Así al hacerse costumbre la gente no quiere prepararse, ni estudiar, ni sacrificarse por alcanzar un título que lo afiance socialmente sino que dispara desde un rincón opiniones escuchadas, que repite, como si en la repetición hallara la autoridad de la Verdad Revelada. Miren lo que decían los rectores de las Universidades Iberoamericanas reunidos en Guadalajara en 2010, "Más de mil rectores reconocieron que el problema fundamental de las sociedades modernas no es la inseguridad, sino la miseria y la ignorancia...", por lo tanto no es un problema social menor la IGNORANCIA, es más sumada a sentimientos de frustración hacen del ignorante un actor peligroso para la convivencia social armónica porque se transforma en un ser solitario que busca destruir lo que hay a su alrededor hasta el nivel de autodestruirse. Esos mismos rectores decían "no podemos perder un joven más a manos de la ignorancia, es inaceptable que en muchas naciones de la región, la mayoría de los jóvenes en edad de cursar sus estudios no puedan hacerlo". De ahí que la lucha contra éste flagelo social que es la IGNORANCIA, que trae aparejada la pobreza (en todas sus matices) sea formar jóvenes, que estudien, que se especialicen, que tengan sus títulos y que los recursos humanos de nuestra sociedad sean cada vez más competitivos. Porque que la ignorancia nos gane es permitir que nos gane la oscuridad, la vanidad, el egoísmo, la envidia, la autodestrucción de los sueños colectivos, el individualismo del coleccionista que no se anima a socializar. No debemos permitir que esto pase, y que la IGNORANCIA (desde todos sus rincones y pensamientos oscurantistas y medievales) nos ciegue al punto de tomar como algo NORMAL algo que no lo es. El que quiera saber más que lea, que estudie, que se prepare para dar lo mejor de sí a una sociedad que hoy más que nunca necesita conocimientos que iluminen y transformen su realidad, y no ritos y opiniones productos de frustraciones personales o fracasos no asimilados que nos cargan de negatividad y de teorías conspirativas.
Prof. Ricardo Gonzalez.
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